En el futuro seré recordado, excepto por los que padecen el del alemán, por el descubrimiento de este síndrome que llevará, en justicia, mi nombre, que es mi apellido, aclaratoria que viene al punto en vista de la frecuencia con que me hacen desparecer mi apellido por parecer nombre, dejando solo al segundo, no menos meritorio: Galdona. Y no propongo como nombre “el síndrome de Saturno Galdona” porque pasará como a Alois: nadie sabe que el alemán se llamaba así, por lo que en poco tiempo, ya lo veo, a los profesores de las cátedras de medicina patológica y neurológica hablando del “Síndrome de Galdona”.
El Síndrome de Saturno está tan extendido en la humanidad que se ha llegado a pensar que es una característica inherente a los individuos de esta especie. Son en realidad tan pocos quienes no lo padecen, que son considerados como especimenes raros y hasta dignos de estudio por quienes lo sufren... y esta expresión -“lo sufren”- puede parecer exagerada para éstos, por el simple hecho de que desconocen el bienestar de no ser una de sus víctimas. Mis investigaciones me conducen a afirmar que el Síndrome de Saturno se transmite genéticamente y se manifiesta en la mayoría de los casos desde muy temprana edad. También puede transmitirse por contagio social, inducido mediante mensajes subliminales tendientes a reprimir las manifestaciones tempranas de su ausencia, con argumentos de menosprecio hacia las expresiones de no padecerlo. El síntoma que principalmente caracteriza al Síndrome de Saturno es la pérdida de memoria de los acontecimientos futuros: el paciente es incapaz de traer a su mente hasta el más insignificante e inmediato hecho posterior de su vida. Acompañan a este síntoma principal muchos otros, entre los cuales pueden citarse por su importancia, la irresponsabilidad por los hechos por cometer, insensibilidad ante las consecuencias de los acontecimientos por suceder, indiferencia ante los acontecimientos futuros que implican daños físicos importantes para el propio paciente, imprudencia, escepticismo y tendencia dejar en manos de terceros las decisiones sobre la propia vida, lo que constituye al Síndrome de Saturno en unas de las neurosis más peligrosas y autodestructivas jamás vistas. En numerosos casos se producen en los pacientes afectados del síndrome algunas manifestaciones efímeras de curación, comúnmente identificadas mediante términos como “dejà-vu”, “yo-sabía” o “te-lo-dije”.
Un análisis comparativo realizado en Venezuela en un universo de cerca de veinticinco millones de individuos afectados por el síndrome -lo que constituye a este estudio en uno de los más extensos jamás llevados por la ciencia médica en la historia de la humanidad- con un grupo de control constituido por cuatro individuos -un grupo extremadamente reducido, dadas las dificultades para localizar individuos no afectados- permitió identificar algunos comportamientos típicos de los individuos sanos, que pierden las víctimas del síndrome estudiado. Citemos algunos:
- Capacidad para la toma de decisiones acertadas y total desinterés en los procesos de decisión de grupos en los que el resultado será contrario a la decisión acertada, y en procesos en los que la decisión es producto de procedimientos llamados “aleatorios”.
- Claridad de objetivos de vida y resistencia a la permanencia en sistemas en los que la consecución de tales objetivos es impedida.
- Como consecuencia de los anteriores: El aprovechamiento eficiente de las oportunidades de mejora y, por lo tanto, el éxito social y económico; y la prevención de enfermedades y de situaciones susceptibles de causarlas y, de ahí, mejor salud.
- Actitud serena y previsiva ante la muerte: ninguno de los individuos del grupo de control tenía contratada una póliza de vida o de salud. Interrogados al respecto declararon tener fortuna suficiente para no requerirla, además de esgrimir argumentos éticos en contra.
- Desapego hacia los bienes materiales.
- Honestidad y alto sentido ético.
- Anarquía.
- Destinismo activo.
En los individuos afectados por el Síndrome de Saturno se detectan comportamientos grupales altamente negativos, basados en la falta de los recuerdos de los acontecimientos futuros, que conducen a decisiones de grupo del todo inconvenientes para su desarrollo, sobre todo en cuanto a selección de gobernantes o de personas en las que depositan las decisiones sobre su propia vida.
Hasta ahora no se han identificado medicamentos para la cura del Síndrome de Saturno. La investigación se ve seriamente dificultada por la escasez de individuos no afectados. Sin embargo, existen tratamientos que conducen a desarrollar aptitudes paliativas. Se ha demostrado que el estudio de disciplinas y ciencias abstractas como la matemática, la filosofía, la música clásica y las artes visuales abstractas, y la aplicación de procedimientos de la psicología positiva pueden conducir al desarrollo de capacidades deductivas que si bien no se equiparan al estado de ausencia del síndrome, pueden aminorar los efectos negativos de su padecimiento.