martes, junio 14, 2005

Deselectrizante ignorancia ministerial

Una vez más el Ministro de Energía y Petróleo de la República Bolivariana y Robinsoniana de Venezuela hace gala de su ignorancia en materia de regulación tarifaria, al sujetar los ajustes de las tarifas del servicio eléctrico al mejoramiento de la calidad del servicio, una espiral interminable si no fuera porque la quiebra de las empresas distribuidoras le pone fin... y adiós luz que te apagaste. El Ministro basa la decisión del gobierno en una supuesta teoría de los servicios públicos, según dijo en su discurso durante la inauguración de los trabajos de construcción de la planta La Raisa de La Electricidad de Caracas, el 13 de junio de 2005.

Desde el 25 de noviembre de 2003 entraron en vigencia las Normas de Calidad del Servicio de Distribución de Electricidad, que establecen los parámetros para medir la calidad del servicio, los límites permisibles y las penalizaciones por infringir esos límites, además de los necesarios lapsos de transición para que las empresas adapten sus sistemas a las nuevas exigencias. Las tarifas se establecen para una empresa modelo que presta un servicio que cumple los límites de calidad y, en caso de que una empresa distribuidora incumpla los mínimos de calidad, se aplican las multas. Los límites de calidad se fijan de acuerdo con la realidad existente, de manera de no llevar a la quiebra a las empresas por la aplicación masiva de penalizaciones, sin disminuir los montos y prescindir del carácter disuasivo de la penalización, de manera de estimular las inversiones para el mejoramiento de la calidad del servicio. Los límites de calidad del servicio se ajustan periódicamente, con cada pliego tarifario, de manera de ir adaptándolos a la situación real y propender a una cada vez mejor calidad.

Si hay algo a lo que los usuarios se acostumbran con rapidez es a la buena calidad de un servicio, de manera que siempre exigen más calidad. Por eso, sujetar la fijación de tarifas que cubran los costos del servicio al cumplimiento de niveles de calidad es montarse en una espiral interminable, en la que la calidad esperada nunca es alcanzada y, por lo tanto, las tarifas nunca son corregidas.

Una vez más un Ministro de Energía, ignorante de la materia regulatoria, cae en ese error, y nada menos que en el acto en que un inversionista inicia la construcción de una planta con la esperanza de recuperar esa inversión a través de las tarifas. ¡Qué feo!

No hay comentarios.: