domingo, abril 17, 2005

Verdades agrietadas

En mi búsqueda de grietas en los teoremas y verdades supuestamente universales de las matemáticas, he hecho un nuevo descubrimiento: algunos de los denominados números primos no son tales. Es más, parece no haber entre ellos ningún nexo familiar ni siquiera lejano. Es el caso de algunos supuestos números primos mayores que la distancia en milímetros desde el sol hasta la estrella más cercana al sistema solar.
Me pregunto si esto de introducir grietas en esas verdades universales de las matemáticas, suficientemente lejanas como para que sólo pudieran ser descubiertas por un ser sin casi más nada que hacer que ponerse a escribir números inmensamente grandes, es una broma de mal gusto del Hacedor. ¿Qué hago? ¿Las publico o me callo, esperando que en un futuro tal vez no muy lejano (la informática nos deja cada día más tiempo ocioso) alguien más las descubra? ¿Y los derechos de autor?
Mis investigaciones, por ese gusto pendular que tengo por la poesía, me han llevado a descubrir con horror que cuando la longitud de los versos sobrepasa un número de sílabas superior a mil elevado a la mil, la rima es imposible. ¿Por qué el Creador hace estas cosas? ¿Acaso pensó que nadie jamás haría versos de tal longitud? ¿O acaso lo hizo como para dejar una prueba fehaciente de que Él no existe y es sólo ficción de un poeta de versos cortos? Sigo investigando, pero no sé si podré soportar tantas verdades agrietadas.

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