Creo que los más desposeídos, incluso viendo la ineficiencia del gobierno para solucionar sus problemas, aun viendo que muchas de las autoridades del gobierno son pillos que están ahí para enriquecerse, buscan en el gobierno la solidaridad que no encuentran en las clases media y alta.
La posibilidad de que gane las
elecciones un líder que promueva la construcción de un país mediante la suma de
los esfuerzos individuales, no será
posible si esa construcción no implica la solidaridad necesaria y suficiente
para que los que no tienen superen el círculo vicioso de la miseria o de la
pobreza. Por eso la idea de un gobierno que regala y que permite invasiones,
cala en los más desposeídos: porque sólo con dádivas y una
"propiedad" obtenida de improviso es posible dar un golpe
suficientemente fuerte en sus vidas como para romper ese círculo vicioso, pues
el trabajo diario, asalariado, sólo les sirve para sobrevivir.
Bien lo
decía una mujer de Sucre en un programa de Radar de los Barrios, dirigiendo su
queja a los políticos "turistas electorales": "No diga que va a
hacer. ¡Haga!".
No ganaremos
tratando de convencer con discursos. Sólo convenceremos con nuestros actos; con
la solidaridad necesaria y suficiente puesta en práctica. Ello implica una
nueva forma de gobernar en la que se incorpore a los empresarios y a los que
más tienen en la concreción de la labor social. Un gobierno que se ocupe más de
coordinar la acción solidaria de los que tienen y menos de publicitar sus
propias acciones. Porque mientras el pueblo siga viendo que quien hace es el
gobierno, seguirá votando por un gobierno que haga, y no por un gobierno que
regule a los que hacen. Igualmente hace falta un nuevo empresario dispuesto a
posponer o reducir su beneficio personal para cumplir con la solidaridad
necesaria y suficiente.
El discurso
político entonces es para los patronos, para los empresarios, para las clases
media y alta, para que entiendan que el país y el mundo no son sustentables sin
la solidaridad necesaria y suficiente puesta en práctica; que conservar lo que
se tiene depende de ello, y mucho más desarrollar lo que se tiene.
El discurso
político no es para los desposeídos. Para ellos es la acción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario