El tiempo no es infinito. Tuvo su inicio con el
Big Bang y tendrá su final con el Biggest Shrink. Como recurso finito que es,
puede ocurrir que en algún momento la demanda sea superior a la oferta y
algunos se queden por fuera del reparto. Claro está, parece ser que la oferta
actual es tan grande que parece que da para todos, pero todavía no sabemos cómo
es la cosa en otros sistemas planetarios, en donde podrían existir formas de
vida distintas, altas consumidoras de tiempo.
Es más, ni siquiera sabemos con un grado
razonable de certeza cómo es el asunto en nuestro propio planeta: sólo sabemos
que hay cosas, eventos e individuos que exigen más tiempo que otros, y que cada
día hay más gente creativa consumiendo tiempo para inventar cosas o eventos que
a su vez demandan más o menos tiempo. Y no es cuestión de energía, preocupación
primordial en nuestros días, por lo que los planes para ahorrar tiempo tengan una
prioridad menor. En consecuencia, no sabemos en qué momento, guiados por la
preocupación por el calentamiento global, el pensamiento ecológico o la
necesidad de uso eficiente de la energía, inventemos algo que requiera grandes
cantidades de tiempo que haga que su oferta total sea superada por su demanda
global.
Por si las moscas, puesto que no tenemos ni
idea de cuándo esa deficitaria situación pueda ocurrir, recomiendo aprovechar los
segundos que quedan del 2012: menos de 50.000 al momento de escribir este
texto, cantidad que desciende vertiginosamente a una velocidad de 3600 por hora,
lo que reduce a casi cero la cantidad a repartir entre los 7.000 millones de
habitantes de este planeta, todos demandantes de tiempo y competidores con los
de otras galaxias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario