Los Trenzares de Historias de Adriana
La mayor parte
del tiempo en la casi totalidad del mundo, la vida transcurre tranquila, sin
que casi nada ocurra excepto las sencillas labores cotidianas. Tanto es así que
los seres humanos nos quedamos absortos ante las noticias de eventos
extraordinarios que nos traen los medios de comunicación: conflictos bélicos,
catástrofes naturales, enfrentamientos religiosos, accidentes, delitos, pugnas
políticas, crisis económicas, en los que se involucra una minúscula fracción de
los habitantes del planeta. En las ciudades, donde el ritmo de vida es
acelerado por la falta de tiempo para hacer todo lo que queremos o debemos, la
vida parece alejada de aquella tranquilidad, como si la sencillez de lo
cotidiano se hubiese perdido en algún momento de nuestra historia. El estrés
nos domina y nos pone gríngolas que nos impiden encontrar lugares y momentos
para el sosiego. Ese modo de vida nos lleva a percibir la acción de trenzar
historias que desencadena Adriana, como la recreación de un acto extraordinario
o de un recuerdo de costumbres de nuestros antepasados.
Pero la
percepción de excepcionalidad de esos trenzares de historias se disuelve desde
el primer instante de iniciarlos: las participantes se suman a ellos con la
naturalidad de quien los realiza día a día, como si hubieran estado haciéndolos
justo antes de salir de sus casas, lo que revela que esa sencilla actividad de peinar
y hacer trenzas mientras cuentan historias está a flor de piel, en la punta de
la lengua, casi como algo instintivo que no necesita de demasiado estímulo para
revelarse, acaso como una exteriorización espontánea de un inconsciente
elucubrar de las mujeres en torno lo que ocurre a su alrededor. La mente, las
manos y los dedos se mueven casi automáticamente para tejer una cálida y
divertida intimidad, mientras los rostros se serenan y ellas relatan anécdotas
de la niñez, del día a día, de una bucólica vida que parece ser la de todo el
tiempo en todo el mundo.
Imagen tomada de la página de Facebook Trenzar una a una nuestras historias, de Adriana Rondón Rivero
1 comentario:
Excelente! Como siempre...que estés bien, feliz, algre, o sea, que sigas asi como se te ve en tu escrito de hoy. Te queremos mucho también por aquí, y nos encantaría que volvieras, asi fuera de visita!
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