viernes, septiembre 11, 2015

Septiembre 10 de 2015, 10:45 pm. Desde hace menos de una hora algunos medios de comunicación difunden la noticia de que Leopoldo López ha sido condenado a más de 13 años de prisión por haberse manifestado en contra del gobierno. En un par de calles de Chacao se escuchan las cacerolas. En el resto de las calles, avenidas y plazas del Municipio se ven sólo algunos caminantes que se dirigen a las estaciones del Metro de Caracas para tomar el último tren, pues se acerca la hora de cierre del sistema de transporte masivo. La Plaza Altamira, supuesto símbolo de resistencia (lo fue durante el año anterior), se muestra solitaria, oscura, invadida por el silencio de los vecinos y de los opositores ausentes, temerosos, encerrados en sus casas, como individuos aislados de una sociedad que acepta una condena sin fundamento; una condena de un político que pecó por inocente, por haber creído que el pueblo respaldaría su protesta y presionaría para lograr una sentencia absolutoria; que pecó por inocente al haber creído que los países de la región se desharían de sus bozales de arepa para presionar para una liberación de los presos políticos; que pecó por inocente al creer que organizaciones como la UNASUR, la OEA y la CIDH podrían lograr hacer recapacitar a la banda de delincuentes que tiene tomados los Poderes Públicos de Venezuela y cesar sus abusos y sus violaciones a la Constitución y las leyes, para hacer justicia al menos hoy. Día aciago de la historia del país. En una televisora extranjera se oye al abogado del condenado que en resumen ratifica el ensordecedor silencio que arropa al país: "Es hora de prudencia... ".

Foto tomada de http://www.diariorepublica.com/sin-categoria/afp-disturbios-y-barricadas-apagan-la-vida-nocturna-del-este-de-caracas, 20150910 11:30 pm

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